El Pizarón

¡Tú me miras, Señor!

No pregunto Señor,

el por qué hoy mis pasos,

no sienten el cansancio

que tenían ayer.

Hoy sé que tu mirada,

no escudriña la mía,

con dureza o furor, no...

 

Tú me miras, Señor,

con tanta compasión,

que mi alma se siente henchida

de esperanza ante tanta bondad,

para quién solo ansiaba,

ternura y comprensión.

 

Qué más puedo decir,

que no lo sepas tú,

sabes de mis quebrantos,

de mi dolor y angustia,

ante tanta crueldad...pero todo pasó.

 

Por eso mi Señor,

nada pregunto hoy,

sólo acepto tu amor, con la misma humildad,

del que esperó en silencio, la sentencia final.

 

Sólo puedo decir... ¡Muchas Gracias, Señor!

por brindarle a mi alma, la tan ansiada calma,

y la paz que anhelaba, mí pobre corazón...

 

Amén.

Que te conozca y me conozca

Concédeme conocerme

a mí mismo

y conocerte a ti, Señor Jesús;

olvidarme a mí mismo y amarte a ti.

 

Que no piense sino en ti.

Que sepa mortificarme y vivir en ti.

Que todo cuanto me suceda

lo reciba como tuyo.

Que siempre escoja ir detrás de ti.

 

Que aprenda a huirme a mí mismo

y a refugiarme junto a ti,

para que sea defendido por ti.

 

Que nada me atraiga sino tú.

Y que me haga pobre por ti.

Mírame para que yo te ame.

Llámame para que yo te vea,

para que por toda la eternidad goce de ti...

 

San Agustín

Tarde Te Amé

¡Tarde te amé,

Hermosura tan antigua y tan nueva,

Tarde te amé!

 

Y ves que tú estabas dentro de mí y yo fuera,

Y por fuera te buscaba;

Y deforme como era, me lanzaba sobre

estas cosas hermosas que tú creaste.

Tú estabas conmigo mas yo no lo estaba contigo.

Me retenían lejos de ti aquellas cosas

Que, si no estuviesen en ti, no serían.

 

Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera:

Brillaste y resplandeciste, y fugaste mi ceguera;

Exhalaste tu perfume y respiré,

Y suspiro por ti;

Gusté de ti, y siento hambre y sed;

Me tocaste y me abrasé en tu paz.

 

"Nos hiciste, Señor, para ti,

y nuestro corazón está

inquieto hasta que descanse en ti"

 

San Agustín